


Renovar carné de conducir: El significado del desgaste de los neumáticos
Los conductores no debemos olvidar nunca que hay tres elementos fundamentales para la seguridad activa de nuestro coche cuando lo conducimos: los neumáticos, los amortiguadores y los frenos. Que estos tres elementos estén en buen estado y funcionen como es debido es imprescindible para tener agarre, un comportamiento estable y poder frenar en la menor distancia posible. Y algo que todos sabemos es que los neumáticos se gastan. Cuestan dinero y nos gustaría que duraran más tiempo y kilómetros, pero es inevitable que lo hagan. Además de no pretender usar el neumático más allá de la profundidad mínima de la escultura (el dibujo, los tacos), lo que sí podemos evitar, hasta cierto punto, es que se desgaste de manera inadecuada e irregular, para ello conviene entender el significado de los diferentes tipos de desgaste que pueden presentar los neumáticos. En condiciones ideales un neumático debería desgastarse de manera equilibrada y por igual. Incluso podríamos alargar la vida de los mismos si seguimos una serie de consejos. Sin embargo con el tiempo y el uso correcto, éste irá disminuyendo la profundidad del dibujo de manera homogénea, sin diferencias ni anomalías. Pero esto no siempre sucede así y se pueden producir desgastes irregulares. Vamos a verlos. Tipos de desgaste irregular de los neumáticos – Desgaste mayor por el centro de la banda de rodadura del neumático: esto suele indicar que se lleva habitualmente una presión de inflado superior a la recomendada, por lo que roza más el centro y por eso se desgasta más. La medida correctora es simple: inflar un poco menos los neumáticos, a la presión adecuada. También...
Renovar carné de conducir: ¿Cómo sería la carretera perfecta?
Pensar en cómo sería la carretera perfecta, aquella que ofrezca las mejores condiciones de seguridad y comodidad en la conducción, es un ejercicio que entraría irremediablemente en el campo de la ciencia – ficción. Sin embargo, al igual que el diseño de las carreteras debe evolucionar a medida que evolucionan los vehículos, podemos encontrar casos reales de carreteras que se acercan mucho a lo que podríamos considerar la carretera perfecta, al menos para los coches que conducimos hoy en día. Punto de partida: las carreteras menos seguras Cuando hablamos de siniestralidad vial, tenemos que hablar indefectiblemente de las carreteras convencionales. En España suponen más del 90% del total de kilómetros de la red de carreteras, y acumulan en torno al 75% – 80% de las víctimas mortales que pierden la vida en vías de este tipo. La clave de esta mayor siniestralidad está en las características propias de las carreteras convencionales: Para adelantar, es necesario invadir el carril de sentido contrario, produciendo un mayor riesgo de colisiones frontales entre vehículos. Las intersecciones e incorporaciones se realizan al mismo nivel, provocando multitud de situaciones de riesgo entre vehículos que se cruzan en la trayectoria o se incorporan a la vía a distinta velocidad. Los trazados son más antiguos y las curvas más cerradas, pensados para coches con menor velocidad y potencia, aumentando el riesgo de salirse de la vía si no se circula con atención o se respeta el límite de velocidad. Son más frecuentes los tramos montañosos, con fuertes desniveles, calzadas estrechas y de baja visibilidad, lo que todo junto provoca numerosas situaciones de riesgo de salidas de vía, colisiones...
Psicotécnicos: Cinco malos hábitos que afectan al estado de tu coche y probablemente a tu seguridad
Como siempre ocurre en muchos aspectos de nuestra vida, adquirimos hábitos que nunca paramos a cuestionarnos si están bien o mal por el mero hecho de ser eso, hábitos. En la conducción también ocurre y desafortunadamente muchas veces olvidamos los consejos prácticos que nos dio el profesor de la autoescuela o, si se trataban de un tema teórico, los olvidamos nada más salir del examen, por considerarlos poco relevantes. Hoy no hablamos de hábitos de conducción propiamente dichos, si no de “malas prácticas” en el manejo de nuestro coche que perjudican por lo general a su estado o mantenimiento y en ocasiones a nuestra seguridad. Golpear las ruedas lateralmente con los bordillos Los vehículos están diseñados para resistir baches o irregularidades del camino cuando se atacan en la dirección de marcha del vehículo. Así, si estamos circulando y nos encontramos inesperadamente con un socavón o resalte, podemos estar tranquilos, dentro de un orden, de que el golpe lo va a absorber sin problemas el neumático y la suspensión comprimiéndose elásticamente, tanto mejor cuanto mayor altura de perfil tenga el neumático y mayor recorrido tenga la suspensión. Sin embargo, por muy robusto que aparente ser nuestro coche, este no está preparado para sufrir golpes laterales en sus ruedas, sencillamente porque la suspensión no tiene recorrido en ese sentido. Como consecuencia, los esfuerzos generados por un golpe lateral en la llanta con un bordillo puede deformar fácilmente brazos de suspensión y/o dirección. Una deformación imperceptible a la vista pero que puede desviar las ruedas de sus ángulos correctos de trabajo, con la consiguiente disminución de estabilidad y el desgaste irregular y prematuro...